"Somos Orbea" es el lema que une a ciclistas de todo el mundo, todos compartiendo una pasión por la marca española de bicicletas que fue fundada a principios del siglo XIX. La comunidad de Orbea está altamente comprometida, proporcionando constantemente valiosos comentarios que impulsan la innovación de la empresa en todos los aspectos. Para Orbea, la innovación es un proceso que comienza con las personas: sus desafíos y necesidades. Sin embargo, no todos saben que antes de producir bicicletas de carretera, triatlón, gravel, montaña y eléctricas, Orbea fue un fabricante de revólveres y pistolas.
Los Orígenes de Orbea
Orbea fue fundada en 1840 bajo el nombre de Orbea Hermanos (ya que era dirigida por tres hermanos) en Eibar, un pequeño pueblo al sureste de Bilbao en el País Vasco. Durante siglos, Eibar fue un centro global para la industria armamentística. Desde el principio, la fortaleza de Orbea residía en la personalización, un factor definitorio a lo largo de su larga historia, que, antes del ciclismo, también vio a la empresa desempeñar un papel clave en el sector de los tubos.

La Entrada de Orbea en el Mundo de las Bicicletas
La capacidad de reinventarse siempre ha sido el sello distintivo de Orbea. Los años entre el final de la Primera Guerra Mundial y 1930 sirvieron como preludio a la transición de la empresa hacia la industria de las bicicletas. En 1931, Orbea reconoció claramente el nuevo camino que debía tomar: convertirse en un fabricante de bicicletas. Abandonando la producción de artillería, la fábrica se convirtió para producir sus primeros modelos de bicicletas. Luego, gracias en parte a las leyendas del ciclismo español de la época, como Mariano Cañardo (ganador de la etapa pirenaica a Ax-les-Thermes en el Tour de Francia de 1937), Orbea formó un pequeño equipo que compitió utilizando sus recién construidas bicicletas.

Al final de la Guerra Civil Española en 1939, Orbea ya contaba con alrededor de 1,000 empleados y una producción anual de 50,000 unidades, no solo cuadros, sino bicicletas completamente ensambladas con todos los componentes necesarios. Este éxito rápido fue notable dado la época, pero unos años después, la incertidumbre económica golpeó cuando la demanda del mercado de bicicletas disminuyó. La respuesta de la empresa fue diversificar e innovar, dos características profundamente arraigadas en el ADN de Orbea. Una revolución estaba en el horizonte.
La Primera Bicicleta Eléctrica de Orbea
Fue a principios de la década de 1950 cuando Orbea contactó a la empresa francesa Solex, conocida por integrar un pequeño motor de dos tiempos de 38cc en la rueda delantera de una bicicleta una década antes, para producir el VeloSolex 1000 bajo licencia. Esta fue la primera bicicleta eléctrica de Orbea. El proyecto inicialmente enfrentó dificultades debido a la fricción entre las dos empresas y la limitada experiencia de Orbea con estos procesos de producción desconocidos. Sin embargo, las cosas despegaron cuando un ingeniero de Solex se trasladó a la fábrica española para capacitar a los ingenieros y técnicos de Orbea. El VeloSolex, conocido como "la bicicleta que camina sola" y "el ciclomotor más asequible del mundo," permaneció en producción hasta 1968. Esto marcó un punto de inflexión para la empresa vasca, que alcanzó ingresos récord en 1963.
Sin embargo, este éxito no fue suficiente para prevenir una segunda crisis financiera en 1969, lo que llevó a la empresa a suspender los salarios. Una vez más, el fuerte sentido de comunidad de Orbea salió a la luz: los empleados unieron fuerzas y valientemente compraron la empresa, transformándola en una cooperativa y asegurando su supervivencia.
De Eibar a Mallabia y el Regreso a la Competición
El reinicio de Orbea como cooperativa fue cualquier cosa menos sencillo. La fábrica en Eibar era demasiado pequeña, y expandirse cerca era imposible. Se necesitaba una nueva "ubicación", como diríamos hoy. La empresa decidió trasladarse a Mallabia, a menos de 9 km al oeste de su sitio original, un lugar más adecuado para satisfacer las nuevas demandas del mercado. Este movimiento llevó a la producción de las primeras bicicletas de ocio de Orbea: Yovana, Gua y Furia, convirtiendo a la marca en un punto de referencia en este segmento. Sin embargo, los márgenes de beneficio eran escasos, lo que obligó a Orbea a dar un paso adicional en la siguiente década, los años 80, un momento propicio para volver a entrar en el mundo del ciclismo competitivo, tanto en carretera como en ciclocross. Estas experiencias resultarían decisivas para el futuro de la empresa.

El Debut de Orbea en el Ciclismo de Montaña
A pesar del éxito continuo de sus bicicletas de ocio, Orbea rápidamente hizo un movimiento estratégico al ingresar a un nuevo segmento de mercado: el ciclismo de montaña. Este cambio se produjo a finales de los años 80 y principios de los 90, un período en el que Europa estaba adoptando una nueva disciplina ciclista que pronto redefiniría los deportes al aire libre. Reconociendo esto, Orbea estableció su primer equipo de carreras en carretera, que vio a Perico Delgado triunfar en la Vuelta a España de 1985. Poco después, la empresa lanzó un histórico equipo de MTB que, gracias a su estrategia de internacionalización tanto en productos como en carreras, dejó una marca indeleble en la competición de cross-country. Ciclistas legendarios como Julien Absalon, dos veces campeón olímpico y uno de los mayores especialistas en MTB de todos los tiempos, y Jean-Christophe Péraud, medallista de plata olímpico, ayudaron a solidificar el lugar de Orbea en la cima del deporte.

La Expansión de Orbea en los 2000 y el Nacimiento de la "Orca"
El éxito en las carreras impulsó el crecimiento de Orbea, llevando a la empresa a expandir su portafolio y fortalecer su sede en Mallabia. Las entregas también aumentaron, particularmente a la vecina Portugal. Estos fueron los primeros signos de la expansión de Orbea en el nuevo milenio, que comenzó con el lanzamiento del proyecto "Orca" (abreviatura de Orbea Carbon). Esto marcó otro gran salto adelante para la marca española, asegurando su lugar en el mercado de alta gama con un modelo que pasaría a la historia, uno que ningún ciclista podría ignorar. El ascenso de la Orbea Orca ayudó a establecer el ciclismo vasco como uno de los mejores del mundo.

Presentada por primera vez en 2003, la Orbea Orca rápidamente se convirtió en un referente tanto para ciclistas profesionales como amateurs gracias a su construcción ligera, rigidez y alto rendimiento. En los últimos veinte años, la Orca ha experimentado múltiples refinamientos tanto en diseño como en materiales, todo en busca de un solo objetivo: la excelencia. En 2023, Orbea lanzó la séptima generación de la Orca, con un diseño minimalista que integra a la perfección tecnología de vanguardia mientras se mantiene fiel a la filosofía de personalización de la marca.
En 2024, Orbea también se asoció con el equipo profesional Lotto Dstny, ahora conocido como Lotto Cycling Team, proporcionando a sus ciclistas la Orbea Orca OMX (una bicicleta de carretera ultraligera que pesa solo 6.7 kg, perfecta para conquistar cualquier ascenso) y la Orbea Orca Aero (un tributo a la aerodinámica que equilibra emoción y rendimiento para satisfacer las necesidades de cada ciclista). Ambos modelos están disponibles para su compra en bike-room.com. Pero eso no es todo, porque Bikeroom celebra a Orbea con una colección destacada de bicicletas de carretera, gravel, montaña y eléctricas, perfectas para aquellos que están dando sus primeros pasos en el pedal, así como para ciclistas experimentados que buscan mejorar con uno de los modelos de la histórica marca española.
De Fabricantes Soñadores a Artesanos del Ciclismo
Si hay algo que ha permanecido inalterado desde los días de esa familia española de fabricantes a mediados del siglo XIX, es su capacidad para soñar y superar límites. Este espíritu visionario llevó a Orbea a diseñar su primera bicicleta de triatlón específicamente para carreras de larga distancia, ayudando a Craig Alexander a ganar el Campeonato Mundial IRONMAN en Hawái en 2008 y 2009.
Ahora, el significado de "Somos Orbea" se vuelve más claro: es más que un lema. "Ser Orbea" significa demostrar que casi dos siglos de historia se han construido mirando hacia adelante y dando pasos audaces impulsados por valores y ambiciones compartidas. "Ser Orbea" significa nunca rendirse y nunca conformarse, una mentalidad que en el País Vasco se siente como una regla no escrita: alejarse de la producción en masa y en su lugar crear bicicletas altamente personalizadas adaptadas a las necesidades únicas de cada ciclista.
Con esta misión en mente, Orbea lanzó el programa de personalización MyO hace aproximadamente una década, no solo ofreciendo diseños y colores exclusivos, sino también una elección casi ilimitada de componentes, configuraciones y configuraciones. MyO es un viaje, al igual que el propio camino de Orbea, moldeado por una vida dedicada a la personalización. Porque los detalles marcan la diferencia. Y Orbea ha estado marcando la diferencia desde 1840.
(Cortesía: orbea.com)
